domingo, 8 de junio de 2008

MI AMIGO HEBERTO

Hace unos meses, volvió a mi vida ese amigo desaparecido hace tiempo ya. Aunque pensándolo bien la palabra volvió no es la adecuada, pues él siempre estuvo ahí. Sin duda un "personaje" este amigo entrañable. Cómo olvidar sus ocurrencias? Su amistad sincera? Sus locuras? Cuando en una borrachera legendaria rompió sus anteojos y andaba con un pedazo de vidrio a traves del cual veia. Lo usaba como una lupa, como un tasador de diamantes ambulante.En una de las marchas de protesta, él tirando piedras solo a un metro de los policias a quines veía lejos, los policias solo sonreían ante personaje tan extraño. Pelo negro y rebelde por no decir trinchudo; con perfil del Cuy de Acevedo.Sin ese vidrio entrecerraba los ojos como Mister Magoo. Tan inteligente, tan sensible. Estoy seguro que en otro país hubiera llegado lejos. Valía mucho más que tantos de los cuasi anlafabetos compañeros de estudio que ahora son gente del ambiente judicial. Pero mi amigo Heberto sigue siendo el poeta de siempre, el sensible, el hombre con tan poco sentido comun pero tan querible. En estos momentos veo la foto y leo el poema que me envió, esta feliz junto a su esposa y sus tres hijos, uno de los cuales es tan loco como él segun me cuenta (bien por él, será feliz como su padre. A veces sale con ellos a recorrer a pie lugares donde ofrece y vende sus libros. Tenia mas conocimientos de política, filososfía y literatura, que cualquiera de sus compañeros de aula. Una memoria increible, podia citar frases y fechas. Hacía caricaturas chistosísimas. Inolvidable mi amigo Heberto. Algún dia contaré esas anecdotas inolvidables que pasamos en ese periodo tan lindo de mi vida junto a amigos que siguen siendolo y otros que se perdieron, o quiza el que se perió fui yo, no lo se. Pero por ahora solo decirle a mi amigo que lo quiero y que siga así siendo tan feliz en su sencillez y disfrutando de lo que la vida le dió y dejando de lado y olvidando lo que la vida le negó y mereció más que otros pero estas en Perú amigo y ahí no se premia las cosas buenas por regla general. Quizá si hubieras sido asquerosamente aprista otro presente sería el tuyo (como un burrito con carnet, y sabemos bien de qué hablo jajajjaa) pero no serias tan querible ni entrañable.

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